Cuando se habla de invertir en oro físico, uno de los términos que más aparece es “lingotes Good Delivery”. Y no es casualidad: este tipo de lingotes representa el estándar más alto de calidad, reconocimiento y seguridad en el mercado internacional de metales preciosos.
Puede tratarse tanto de un lingote de oro o plata y debe cumplir con los estrictos estándares establecidos por la London Bullion Market Association (LBMA), la entidad que regula el mercado profesional de metales preciosos a nivel mundial. Esta certificación garantiza que el lingote posee una pureza, peso, dimensiones y trazabilidad que lo hacen aceptado sin restricciones en los mercados internacionales.
En otras palabras, si compras un lingote con esta certificación, estás adquiriendo un producto reconocido y valorado globalmente, lo que facilita su venta o intercambio en cualquier parte del mundo sin necesidad de análisis adicionales.
Características técnicas de los lingotes Good Delivery
Cuando hablamos de lingotes Good Delivery, no nos referimos solo a un sello de calidad, sino a un conjunto muy concreto de requisitos técnicos que garantizan su aceptación global. Estas especificaciones no son opcionales: son el estándar exigido por la London Bullion Market Association (LBMA) para que un lingote sea considerado apto para el comercio internacional.
Peso
- El peso de los lingotes de oro debe estar comprendido entre 350 y 430 onzas troy, lo que equivale a unos 10,9 a 13,4 kilogramos.
- En el caso de la plata, el rango permitido está entre 750 y 1.100 onzas troy, o sea, entre 23,3 y 34,2 kilogramos.
Este rango permite cierta flexibilidad en la producción, pero siempre dentro de unos límites estrictos. Debido a que el peso influye directamente en el valor del lingote, y estandarizarlo facilita su cotización, transporte y almacenamiento en bóvedas internacionales.
Dimensiones
Aunque los lingotes Good Delivery pueden variar ligeramente en tamaño, las dimensiones también están reguladas para que puedan apilarse, almacenarse y manipularse con seguridad. Esto es especialmente importante en grandes centros de custodia y cámaras acorazadas, donde los lingotes deben encajar en estanterías normalizadas.
En el caso del oro, las medidas típicas están en torno a los 250 mm de largo, 70 mm de ancho y 35 mm de alto, aunque puede haber pequeñas variaciones según el fabricante. En todo caso, estas medidas están validadas por la LBMA y deben permitir una manipulación segura y eficaz.
Marcas obligatorias
Cada lingote Good Delivery debe llevar marcados de forma visible y permanente una serie de elementos esenciales para su trazabilidad y autenticidad:
- Número de serie: único e irrepetible, permite identificar cada lingote individualmente.
- Marca del refinador: el logotipo o sello del fabricante, que debe estar previamente aprobado por la LBMA.
- Pureza: expresada normalmente como 995.0 o superior para el oro, y 999.0 para la plata.
- Año de fabricación: que permite rastrear cuándo fue producido el lingote.
Estas marcas facilitan las operaciones de compraventa, ya que cualquier operador profesional puede comprobar de inmediato si el lingote cumple los requisitos exigidos por el mercado internacional.
Verificación y control de calidad
Más allá de la parte más estética, los lingotes Good Delivery están sometidos a controles de calidad muy rigurosos antes de ser aceptados oficialmente. En ellos se verifica que el lingote ha sido producido con precisión en cuanto a composición, homogeneidad del metal, y calidad de acabado.
¿Por qué es tan importante esta certificación?
La certificación Good Delivery aporta varias ventajas clave:
- Pureza garantizada: los lingotes deben tener una pureza mínima del 99,9% para el oro y del 99,5% para la plata, asegurando que estás invirtiendo en metales de alta calidad .
- Reconocimiento internacional: al estar certificados por la LBMA, estos lingotes son aceptados en transacciones a nivel mundial, lo que facilita su liquidez y reduce los costos asociados a su verificación.
- Trazabilidad y seguridad: cada lingote lleva un número de serie único, el sello del refinador, la pureza y el año de fabricación, lo que garantiza su autenticidad y facilita su seguimiento .
¿Qué problemas puede dar un lingote no certificado?
Un lingote sin certificación Good Delivery puede parecer una oportunidad si solo miras el precio. Al no contar con una trazabilidad clara ni estar respaldado por estándares internacionales, su reventa suele ser más difícil y, en muchos casos, se convierte en un activo poco líquido.
Además, es normal que estos lingotes no sean aceptados por bancos, custodios profesionales o compradores institucionales. Esto significa más costes, más papeleo y menos garantías. En resumen: si buscas una inversión seria en metales preciosos, conviene apostar por productos certificados desde el principio.
¿Son los lingotes Good Delivery para todo el mundo?
Aunque los lingotes Good Delivery representan el estándar más alto del mercado internacional, lo cierto es que no están pensados para todos los perfiles de inversor. Son lingotes de entre 10 y 13 kilos en el caso del oro y, a precios actuales, su valor puede superar fácilmente el millón de euros. Por eso, su uso está reservado casi exclusivamente a bancos centrales, instituciones financieras o grandes fondos de inversión.
En The Gold House trabajamos con las mismas refinerías que los fabrican. Esto garantiza que los lingotes que encuentres en nuestra tienda, aunque adaptados a tamaños más manejables, están hechos con oro que cumple los mismos estándares de calidad, pureza y trazabilidad que exige la LBMA.
